España frente a Inglaterra

El poeta catalán Joaquín María Bartrina lamentábase a finales del siglo XIX:

 

"Oyendo hablar a un hombre, fácil es

acertar dónde vio la luz del sol:

si os alaba Inglaterra, es un inglés;

si os habla mal de Prusia, es un francés;

y si habla mal de España, es español". 

 

Fijémonos hoy en el caso inglés. Estamos en otoño, momento en el que, entre otras cosechas, se recoge la de manzanas. En todas las emisoras de radio británicas se oye el anuncio de las manzanas nacionales, las más dulces y sabrosas del mundo. Compre manzanas británicas. Recuerde: sólo las que lleven la etiqueta de la Union Jack

 

¿Se puede imaginar, envidioso lector, lo que sucedería por estos pagos ante una publicidad semejante? ¿Puede imaginarse una etiqueta rojigualda como reclamo publicitario? La que se organizaría ante tamaño atentado a la sensibilidad de las necionalidades histéricas. 

 

2005 fue el año de Trafalgar. Nelson invadió Gran Bretaña: retratos, bustos, carteles, exposiciones, conciertos, regatas, desfiles, conferencias, paradas navales. En las iglesias se celebraron misas corales en conmemoración de la batalla. En la National Portrait Gallery se dedicó una sala entera a la vida y hazañas de Nelson. En las tiendas de recuerdos turísticos se agolpaban las camisetas con la bandera bicrucífera, el perfil del almirante y su célebre arenga: "Inglaterra espera que cada hombre cumplirá con su deber". 

 

¿A que, visto desde aquí, parece ciencia ficción? ¿Puede imaginarse algo semejante en este país de acomplejados que se avergüenza y pide perdón por lo que en otros lugares es causa de orgullo? 

 

En los aeropuertos británicos los viajeros pueden comprar todo tipo de objetos patrióticos en una tienda dedicada a ello: banderas de todos los tipos, tejidos, tamaños y soportes; Nelson de nuevo por doquier; reproducciones de su nave capitana, la Victory; retratos y otros recuerdos de Churchill, de Scott, de Drake; literatura inglesa, arte inglés, historia inglesa, tradición inglesa, repostería inglesa… ¿El nombre de la tienda? Glorious Britain. Gran Bretaña gloriosa. 

 

¿Se pueden imaginar las manifestaciones, las proposiciones en las Cortes, las declaraciones institucionales de algunos Charlamentos Autonómicos, el escándalo que provocaría la existencia de una tienda dedicada al recuerdo y exaltación de España y su historia que se llamara España gloriosa

 

Y la ironía es que la que pasa por modelo de imperialismo, de militarismo, de fascismo, de patrioterismo, de rancio nacionalismo, es España, no Gran Bretaña. 

 

¿Por qué será?

 

Artículo publicado durante la primera legislatura zapateriana, entre 2004 y 2008, e incluido en España desquiciada

 

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