No. No se trata de Juan Carlos I, sino de Felipe VI. Porque la situación que va a heredar nuestro próximo rey no es precisamente para envidiarle.

Desaparecida hace siglos la consideración de la monarquía como una institución de origen divino, la única justificación que todavía puede sostenerla, sobre todo desde que los reyes constitucionales reinan pero no gobiernan, es su carácter de símbolo de la continuidad de la nación. Pues la familia real vendría a representar, a demostrar, a encarnar, la pervivencia de la nación a lo largo de los siglos. 

La familia real española es la descendiente de una larga lista de monarcas que arrancó en el siglo VIII en los Picos de Europa a partir de la batalla de Covadonga. No por capricho el heredero de la corona se titula Príncipe de Asturias. Su decimotercer centenario se cumplirá, por cierto, dentro de muy poco. Esperemos que el nuevo rey se acuerde de conmemorar el hecho histórico al que debe su trono, al contrario que su padre, escandalosamente ausente hace dos años de Las Navas de Tolosa y, sobre todo, de la inexistente conmemoración de la de Guadalete, aquella batalla que en el 711 pudo haber cambiado para siempre el rumbo de nuestra nación. Pues, de no haber comenzado la reconquista en Covadonga pocos años después, hoy no estaríamos hablando ni de príncipes de Asturias ni de dinastía borbónica ni de España.

Hoy por hoy no es el Islam lo que pone en peligro la continuidad de España, sino los españoles que quieren dejar de serlo. Ése es el gran problema que tanto el nuevo rey como, sobre todo, los gobiernos y los ciudadanos españoles habrán de superar en los próximos tiempos. Pues, de no lograrlo, no tardaremos en contemplar una notable coincidencia: si la dinastía que nació con el primer Carlos murió con el segundo; si en 1931 el reino fundado en el lejano siglo VIII por el primer Alfonso pareció que iba a desaparecer definitivamente con el destronamiento y exilio del decimotercer Alfonso; ¿podremos estar seguros de que la dinastía que fundara Felipe V logrará sobrevivir a Felipe VI?

El Diario Montañés, 4 de junio de 2014

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