Ceguera federalista

El aspirante a presidente de la nación discutida y discutible, Alfredo Pérez Rubalcaba, acaba de reunirse con el aspirante a presidente de una nueva nación independiente, Artur Mas, para explicarle su propuesta de convertir España en un estado federal. Patética insistencia. ¿No se ha dado cuenta todavía de que a los separatistas de cualquier clase la discusión sobre técnica organizativa les sobra? Para construir un estado federal, aparte de la delimitación de competencias de los elementos constitutivos, se necesita su voluntad integradora, precisamente lo que no se da aquí. Ni existen elementos que vincular, pues ya están vinculados desde los Reyes Católicos, ni existe voluntad integradora, pues los nacionalistas sólo entienden tal modelo como un paso más hacia la secesión. 

 

Y hay otro problema, el terminológico. Un estado federal supone la articulación en unidades denominadas estados, pero no la existencia de varias naciones. En un estado federal podrá haber varios estados, pero sólo una nación. En USA, por ejemplo, con cincuenta estados, a nadie se le ocurre cuestionar la existencia de la nación norteamericana y afirmar la de las naciones virginiana u oregoniense. La federalización consiste en preguntarse si a una nación le conviene o no organizarse en estados federales. Pero lo que se preguntan nuestros separatistas y sus lacayos federalistas es exactamente lo contrario: cómo separar a las naciones englobadas en la estructura supranacional llamada Estado español.

 

Para nuestros separatistas e imitadores, ignorantes del más elemental vocabulario de derecho político, la palabra estado presupone y exige la existencia de una nación. Así lo entienden cuando, mirando al pasado, interpretan la existencia de reinos o señoríos medievales como la prueba de la existencia de otras tantas naciones; y así lo entienden también cuando proyectan esa interesada interpretación hacia el futuro. 

 

Pero la hispanófoba izquierda expañola sigue sin comprenderlo. ¿Será porque no puede o porque no quiere?

 

El Diario Montañés, 16 de abril de 2013 

 

 

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