España desquiciada

Con anterioridad a estas fechas navideñas compré un libro titulado España desquiciada. Apuntes sobre el desasosiego nacionalpublicado por Ediciones Encuentro. También compré y he leído Las benévolas de Jonathan Littell, premio Goncourt, plúmbea y exagerada novela que volatiliza muchos elementos de realismo que se hubieran conseguido sin los excesivos recursos sensacionalistas que contiene. Y aconsejo, vehementemente, otra de las lecturas en las que he ocupado el solaz navideño: Estar a la que salte de Gregorio Salvador, vicedirector de la Real Academia Española y maestro lingüista, además de mente privilegiada donde las haya. Si en lugar de ser gobernados por mentecatos estuvieran al frente de nuestra Nación sabios como Gregorio Salvador, Gustavo Bueno o el mucho más joven de edad Jesús Laínz otro gallo nos cantaría. Dejaríamos de estar en manos de grupos de poder o de intereses partidarios que más que partir (de esa palabra viene el nombre de “partido”) despedazan el bien común y hacen irreconocible el interés general.

 

He nombrado a Jesús Laínz porque este es el autor de España desquiciada. Anteriormente escribió la obra maestra Adiós España, sin duda imprescindible para quien quiera conocer la verdad histórica en contraposición a las manipulaciones nacionalistas, y que es el mejor libro de historia divulgativa que he leído hasta hoy, y un trabajo profundo y extenso, riguroso y didáctico, además de una joya literaria. También es autor de otro libro relativamente reciente: La nación falsificada, también editado por Encuentro, que es un recorrido por un elenco de personalidades que constituyen una representación de vascos y catalanes a lo largo de los tiempos, estrechamente ligados a la Historia de España y que desmienten con rotundidad los mitos y falsedades mitómanas de los nacionalistas, que tratan de arruinar el proyecto común de todos los españoles. 

 

Pues bien, España desquiciada es un libro que recomiendo vivamente a todo aquel que esté interesado en un análisis de los principales males y aberraciones que hoy lastran nuestro porvenir como ciudadanos del sur de los Pirineos. A lo largo de un amplio repertorio de artículos encadenados, Jesús Laínz desgrana con una fina ironía y gran calidad literaria los problemas de la desorientación de la actual sociedad española. Desarrolla muchas vertientes de ese desastre colectivo: desde la camuflada tiranía disfrazada de libertad que se vive en las comunidades nacionalistas, el nihilismo autodestructivo, la magnanimidad demostrada con los liberticidas terroristas, la imposición lingüística disfrazada de antifascismo, y muchos más aspectos de nuestro particular “ruedo ibérico”. 

 

Buscando algún texto representativo de este magnífico muestrario del esperpento nacional, éste que he seleccionado puede ser un sucedáneo de su contenido: Dice en la página 108: “Sólo una ceguera voluntaria puede impedir constatar que nunca han estado los españoles tan desunidos, nunca se han sentido tan enfrentados por motivos regionales y nunca han sentido su pertenencia a la nación española con tanto desapego e incluso rechazo. Tanto es así que ni ante el horror del terrorismo etarra y la indignidad de nuestros gobernantes es capaz la sociedad española de reaccionar. La sensibilidad del pueblo español vibra con tragedias lejanas, no con las propias. Sólo escapan a este diagnóstico los febriles arranques de sentimentalismo histriónico de manos blancas con motivo de algún atentado terrorista y que desaparecen con la misma rapidez con la que llegaron, mientras que los familiares de las víctimas se quedan con su incurable dolor y el desinterés de los demás para el resto de su vida”.

 

Si los excesos de Navidad, la subida hipotecaria, o los gastos de las rebajas de enero no se lo impiden, les aconsejo que destinen unos poquillos euros a comprar este libro que atrapa entre sus páginas una vez abierto. 

 

Ernesto Ladrón de Guevara

Debate 21, 9 de enero de 2008