Nación de quita y pon

Al parecer, la Junta de Andalucía está estudiando expropiar la catedral-mezquita de Córdoba. Consideraciones históricas y jurídicas aparte, el hecho de que la iniciativa haya partido de varios colectivos de extrema izquierda demuestra una vez más el rechazo que buena parte de la izquierda española siente hacia la historia de su nación, un continuo error ya desde Don Pelayo y, por supuesto, desde el reinado clave de los Reyes Católicos.

 

De esta visión negativa de nuestro pasado nace la antipatía de la izquierda española por la Cristiandad y la simultánea atracción por el Islam, atracción añadida a la tendencia mayoritaria en las izquierdas europeas hacia la islamofilia como reacción contra un Israel aliado de los Estados Unidos. Varios promotores de la expropiación forman parte también de plataformas que proponen la concesión de la nacionalidad española a los descendientes de los andalusíes salidos de España a causa del proceso reconquistador, lo que afectaría a varios millones de habitantes del Magreb.

 

Pero nuestro vicio favorito, el nacional-masoquismo que obliga a los españoles a estar pidiendo perdón perpetuamente a todo el mundo por lo sucedido hace muchos siglos, también lo practica un gobierno que ha anunciado su intención de conceder la nacionalidad española a los descendientes de los sefardíes expulsados en 1492. Lógicamente, no han tardado muchos días en oírse voces que exigen lo mismo para los descendientes de los moriscos expulsados en 1609. Por coherencia, ¿qué haremos con varios cientos de millones de hispanoamericanos? Por otro lado, quizá cupiese preguntarse por la justificación de la existencia de unas fronteras de Ceuta y Melilla cuya defensa es objeto de condena.

 

Paralelamente, varios millones de españoles, concentrados sobre todo en tierras vascas y catalanas, quieren dejar de serlo. ¿Será España la metáfora perfecta del matrimonio, ese lugar en el que los que están fuera quieren entrar y del que los que están dentro quieren salir? La hora de los políticos ha pasado. Ha llegado la de los consejeros matrimoniales.

 

El Diario Montañés, 13 de marzo de 2014