La montaña oriental

Algunos creen que plantando un teleférico en el frecuentemente encapotado Castro Valnera la montaña oriental cántabra experimentará un desarrollo turístico equiparable al lebaniego. Pero antes de ilusionar a los locales, quizá conviniese recordar que ni paisajística ni artísticamente el Pas es lo mismo que Liébana. Por muy hermosa que, sin duda, sea la comarca, carece de los bosques lebaniegos, de sus Lebeñas, Potes y Santo Toribios y, sobre todo, de sus imponentes macizos de 2.600 metros. Y aunque duela admitirlo, en no pocos lugares pasiegos sus viviendas y fincas parecen sacadas de los Balcanes postbélicos, tal es su lamentable estado. ¿Por qué no empezar por ahí no sólo para no espantar a los turistas sino, sobre todo, para dignificar la vida de los paisanos?

 

Si de verdad se quiere desarrollar la zona, ¿por qué no acometer la eternamente aplazada reforestación para recuperar la riqueza biológica y frenar la erosión? Repoblando las cabeceras de Pas, Miera y Asón se crearía empleo (riqueza a corto plazo), se embellecería el paisaje (riqueza turística), aumentaría la vegetación (riqueza maderera) y la fauna (riqueza cinegética) y mejoraría en cantidad, calidad y continuidad el caudal de los ríos (riqueza piscícola). Con ello se irían creando puestos de trabajo sin invertir gran cosa y sin dañar un centímetro de tierra. Pero, lamentablemente, el mecanismo electoral obliga a que los políticos, de cualquier partido, no suelan dedicarse a diseñar estrategias invisibles en una legislatura. Cuentan más los votos y las fotos que obrar pensando en la siguiente generación.

 

Por otro lado, alguien tendría que explicar cómo se concilia el desarrollo turístico de una comarca montañosa con su siembra de gigantes eólicos y su perforación subterránea con el por lo visto no definitivamente descartado y probablemente inevitable sistema del fracking, por muy buena voluntad que tenga nuestro gobierno regional. Desde luego, si yo tuviera una empresa interesada en la inversión y explotación del teleférico de Castro Valnera, me lo pensaría mucho.

 

Diario Montañés, 5 de junio de 2013

 

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