La Constitución de CiU

No, no se trata de ésa que está redactando Santiago Vidal, el juez que, en vez de defender el ordenamiento jurídico que juró cumplir y hacer cumplir, se dedica impunemente a destruirlo y construir otro, hecho que por sí solo define esta suicida España nuestra.

 

La Constitución de CiU es aquella de 1978 que tanto amó y que ahora quiere vulnerar porque le estorba. Porque aquella Constitución se hizo para satisfacer los deseos de los nacionalistas vascos y catalanes, sobre todo un título VIII diseñado para cumplir, no la voluntad de una mayoría de españoles poco interesados en el sistema autonómico, sino la de aquéllos. Aquella Constitución tuvo por uno de sus siete padres a Miquel Roca, de CiU. Aquella Constitución incorporó en su artículo 2 el absurdo concepto nacionalidades, tan criticado política, jurídica y semánticamente por ignorantes agoreros debidamente linchados, para dar gusto a CiU. Aquella Constitución fue aplaudida por CiU, partido que pidió el Sí en el referendo. Tan entusiastas fueron los catalanes con aquella Constitución que la aprobaron por abrumadora mayoría (90,4%), superior a la del conjunto de España (87,7%). Tan cómoda ha estado CiU con aquella Constitución que no sólo ha gobernado Cataluña durante décadas, sino que también ha sido protagonista privilegiada de los gobiernos nacionales mediante pactos de legislatura con PP y PSOE. 

 

Pero, al mismo tiempo que gobernaba en Cataluña y en toda España gracias a esa Constitución, se dedicaba a horadarla desde dentro. Bien claro lo dejó Pujol en aquella conversación con el ministro socialista Fernández Ordóñez recogida por José Bono en sus memorias:

 

“La independencia es cuestión de futuro, de la generación de nuestros hijos. Por eso, los de la actual generación tenemos que preparar el camino con tres asuntos básicos: el idioma, la bandera y la enseñanza”.

 

No cabe mejor resumen del régimen totalitario implantado en Cataluña por CiU gracias a esa Constitución que ahora pretende dinamitar exigiendo a los demás españoles que asistamos a ello sin rechistar.

 

El Diario Montañés, 6 de noviembre de 2014

 

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